Tema:
Daños de la cocaína en el SNC.
Delimitación del tema:
Conocer que tanto saben los jóvenes de hoy sobre el tema.
Población a trabajar:
Adolescentes de 15-17 años
Hipótesis:
Nosotros creemos que investigando este tema, podremos aumentar el nivel
de conciencia en los jóvenes actualmente.
Objetivos:
·
Saber
que son las drogas, en que nos afectan.
·
Dar a
conocer que importancia tiene este tema en la vida cotidiana.
·
Diferenciar
entre otros tipos de drogas y la cocaína.
Introducción
La cocaína estimula el sistema nervioso central,
actuando directamente sobre el cerebro efectos fisiológicos inmediatos son:
sudoración, aumento en la potencia muscular, midriasis, incremento de actividad
cardíaca y presión sanguínea, dilatación de los vasos sanguíneos periféricos,
convulsiones, aumento en el ritmo respiratorio y de la temperatura corporal.
Estos síntomas pueden provocar la muerte por paro cardíaco o fallas
respiratorias. Además se presentan irritaciones y úlceras en la mucosa nasal.
Comúnmente causa congestión nasal, que puede presentarse o no con secreción
liquida. El uso por vía inyectable expone al adicto a infecciones de SIDA,
hepatitis B y C, y otras enfermedades infectocontagiosas. La infección con el
HIV puede producirse por la transmisión directa de virus al compartir agujas y
otros dispositivos contaminados. Además, puede producirse indirectamente por
transmisión prenatal a un niño cuya madre está infectada con el HIV.
La cocaína es una droga extremadamente adictiva, cuyos
efectos se perciben en un lapso de 10 segundos y duran alrededor de 20 minutos.
Actúa directamente sobre los centros cerebrales encargados de las sensaciones
del placer. Dada su alta capacidad de producir daños y hasta destrucción
celular, las sensaciones que eran placenteras en sujetos recién iniciados se
convierten en efectos desagradables como agitación, llanto, irritabilidad,
alucinaciones visuales auditivas y táctiles, delirio paranoide, amnesia,
confusión, fobias o terror desmedido, ansiedad, estupor, depresión grave y
tendencias suicidas. Los efectos psíquicos reconocidos por la mayoría de los
autores y recogidos en publicaciones recientes incluyen euforia, inestabilidad,
aumento de la comunicación verbal y de la seguridad en uno mismo, inquietud,
anorexia, insomnio e hipomanía. El adicto experimenta pérdida de interés e
imposibilidad de sentir placer ante la falta de la sustancia. Así, la cocaína
se convierte en el único objetivo y motivo en la vida del adicto, desplazando
todo tipo de sentimientos.
La cocaína es consumida por muy variados tipos de
sujetos y motivos. Existe un patrón de consumo recreativo, al estilo del
alcohol, presentando una ingesta controlada de la sustancia: es el caso de
quienes ingieren la droga ocasionalmente cuando se les ofrece. Se diferencian
radicalmente de adictos habituales, quienes desarrollan tolerancia y necesitan
de mayores dosis para alcanzar iguales resultados. A esta situación puede
llegarse por causas diversas pero siempre relacionadas con factores sociales y
ambientales determinantes. La adicción a la cocaína posee condicionantes que la
desencadenan, que pueden ser el reforzamiento de una personalidad insegura, que
recibe un apoyo en el estímulo del tóxico. En lugar de tratar este déficit
patológico con antidepresivos o fármacos estabilizadores del estado de ánimo se
recurre a una vía aparentemente rápida. Dado que los efectos de la cocaína
sobrepasan su punto álgido a los treinta minutos, el individuo precisa varias
dosis durante el día para alcanzar cierta estabilidad emocional y evitar el
efecto disfórico que la propia droga ocasiona luego de varias horas desde la
ingesta.
Un nuevo estudio acaba de revelar que la cocaína
causa una constricción progresiva de los vasos sanguíneos en el cerebro, algo
que con el tiempo puede resultar extremadamente peligroso.
Secuelas de la cocaína en el
Cerebro
·
Después de haber consumido el individuo experimenta
diferentes secuelas tales como ansiedad, depresión, falta de hambre.
·
Para finalizar daré a conocer los
síntomas físicos que produce la cocaína:
- Ardor en los ojos.
- Resecación de la garganta.
- Palpitaciones y temblores.
- Sudoración abundante.
- Dolor de cabeza y mareos.
- Dilatación de pupilas.
- Contracciones de los músculos
de los ojos.
- Fiebre, convulsiones y
delirios.
- Desnutrición y pérdida de
peso.
- Deficiencia inmunológica.
- Afecciones cardíacas y
hepáticas.
- Enfisema pulmonar.
- Muerte por intoxicación.
·
Daños de la cocaína en el Sistema
Nervioso Central
La cocaína, por ejemplo, es un estimulante poderoso del sistema
nervioso central que provoca euforia o “te prende”, al provocar la acumulación
de la dopamina, mensajero químico asociado con el placer y el movimiento. Al consumirla
se presenta una sensación de mayor capacidad mental y física, pero su abuso
causa impotencia sexual.
Se
sabe también que la droga del amor o éxtasis libera al principio de la
ingestión un torrente de serotonina que produce euforia, sensaciones de
bienestar y elimina la fatiga. Sin embargo, luego de aplicaciones secuenciales
de 35 miligramos, destruye entre 60 y 80 por ciento de las terminaciones
nerviosas dopaminérgicas, siendo el Párkinson una de sus manifestaciones.
No
obstante, en cada persona adicta, las respuestas biológicas, físicas y
conductuales serán diferentes, dependiendo de la sustancia (estimulante o
depresora), cantidad y frecuencia con que se usen y de las condiciones físicas
y mentales en que se reciben, explica Cortés.
Los
derivados del opio como la morfina, heroína, codeína, demerol y metadona
aumentan el nivel de dopamina, lo que produce sentimientos de intenso placer y
desarrolla una imaginación exaltada en el momento, pero con el tiempo disminuye
la líbido, provoca depresión respiratoria, edema pulmonar e infecciones en
piel, venas y músculos.
Las
que se inhalan y contienen sustancias químicas de uso industrial como los
removedores, disolventes de pintura, pegamentos, limpiador de videos o
desodorantes ambientales, inciden de manera directa y acelerada en las neuronas
hasta su muerte, lo que genera en un principio adormecimiento de extremidades,
calambres, parálisis total, pérdida de coordinación y lenguaje lento y
arrastrado, problemas visuales, sordera. Se argumenta que estos inhalantes
disuelven la capa protectora de mielina que envuelve a las neuronas, resultando
en muerte celular.
Muerte de
células
Sin
embargo, los síntomas de la pérdida de neuronas puede no llegar a estudios
clínicos para determinarse, ya que se hace evidente en la cotidianidad de los
consumidores de alcohol, cuando presentan lagunas mentales, que alertan sobre
la muerte neuronal por intoxicación etílica, explica Javier Creta.
“La
muerte de células del cerebro por consumo de drogas causa cambios permanentes de
personalidad, pérdida de la memoria, alucinaciones y problemas de aprendizaje”,
dice el especialista.
Según
estudios científicos, las neuronas con dopamina y serotonina no mueren luego
del contacto con metanfetaminas, pero sus terminales nerviosas se recortan y
alteran la actividad del sistema dopaminérgico, asociado con una disminución en
el rendimiento motor y un deterioro en el aprendizaje verbal, memoria y
emociones.
Quien
usa metanfetaminas prolonga el insomnio, puede tener mayor actividad física, pero
disminución del apetito, aumento de la frecuencia respiratoria y cardiaca.
En
su caso, el usuario de la mariguana puede experimentar sensaciones placenteras,
los colores y sonidos le parecen más intensos, y el tiempo le parece
transcurrir muy lentamente, mientras que a nivel cerebral su sustancia activa
llamada Tetrahidrocannabinol (THC) altera el proceso de cómo la información
sensorial llega y es procesada por el hipocampo, componente del sistema límbico
del cerebro que es crucial para la memoria del aprendizaje, y la integración de
experiencias sensoriales con emociones y motivaciones.
Bajo
la influencia de los alucinógenos, (LSD, hongos, peyote, polvo del Angel,
éxtasis) las personas ven imágenes, oyen sonidos y sienten sensaciones que
parecen reales pero que no lo son. En su cerebro se han activado los receptores
de serotonina que juegan un papel importante en la percepción.
Pero
el proceso de un persistente desbalance bioquímico a nivel cerebral que
presenta consecuencias conductuales y físicas extremas, es provocado también
por el abuso de alcohol, benzodiacepinas, anabólicos y tabaco, sin llegar a la
muerte neuronal de forma inmediata.
¿Cómo afecta la cocaína el cerebro?
La cocaína
es un estimulante poderoso del sistema nervioso central. Incrementa la
concentración de la dopamina, una sustancia química del cerebro (o un
neurotransmisor) asociada con el placer y el movimiento, en el circuito de
gratificación del cerebro. Ciertas células del cerebro o neuronas usan la
dopamina para comunicarse. Normalmente, la dopamina es liberada por una neurona
en respuesta a una señal placentera (por ejemplo, el olor rico de una comida) y
luego reciclada de nuevo a la célula que la liberó, apagando así las señales
entre las neuronas. La cocaína actúa previniendo el reciclaje de la dopamina,
causando que se acumule una cantidad excesiva del neurotransmisor. Esto hace
que se amplifique el mensaje y la respuesta de la neurona receptora y por
último perturba la comunicación normal. Este exceso de la dopamina es el
responsable de los efectos eufóricos de la cocaína. Cuando se usa de forma
repetida, la cocaína puede inducir cambios a largo plazo en el sistema de
gratificación del cerebro así como en otros sistemas del cerebro, lo que con el
tiempo conlleva a la adicción. El uso repetido a menudo también crea tolerancia
a la euforia causada por la cocaína. Muchos usuarios de cocaína informan que
tratan en vano de conseguir que la droga les produzca el mismo placer que
sintieron la primera vez que la usaron. Ciertos usuarios aumentan su dosis para
tratar de intensificar y prolongar los efectos eufóricos, pero esto también
puede incrementar el riesgo de efectos psicológicos o fisiológicos
perjudiciales.
Conclusiones:
- ü Gracias a este tema nos damos cuenta que al consumirá excesivamente algún productos dañino, nos perjudica gravemente.
- ü Este tema nos ayuda a darnos cuenta que la cocaína nos es buena para la salud.
- ü También reconocer entre sustancias que ayudan y sustancias que perjudican nuestro cuerpo.
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